HERPES GENITAL – SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO
El Herpes Genital Es Una Infección Causada Por El Virus Herpes Simplex Tipo 2, Que Es Transmitido A Través De Relaciones Sexuales.
El herpes genital es una enfermedad de
transmisión sexual causada por el virus herpes simplex. Se estima que al menos
uno de cada cinco adultos esté infectado con el virus, no obstante no presentan
síntomas y no saben que tienen el virus. Los individuos que tienen herpes
genital deben conversar con su compañero sexual, usar preservativo y tomar otras
medidas preventivas para evitar la transmisión. El herpes genital puede ser
transmitido incluso cuando no hay úlceras o burbujas visibles.
TRANSMISIÓN DEL HERPES GENITAL
El herpes genital es una infección causada por el
virus herpes simplex tipo 2, que es transmitido a través de relaciones
sexuales. El virus herpes simplex tipo 1 también puede causar herpes genital,
pero está habitualmente asociado al herpes labial.
El virus herpes simplex tipo 2 es transmitido por vía
sexual, y es altamente contagioso mientras el paciente presente lesiones
activas (explicaré los síntomas más adelante). El gran problema del herpes
genital es que la transmisión puede ocurrir incluso en las fases en que el
paciente está asintomático. Por lo tanto, incluso fuera de la crisis, el
paciente continúa eliminando el virus de forma intermitente, de manera que
puede transmitir el herpes genital a su compañero(a). Habitualmente, en un
periodo de 100 días, el paciente pasa 2 ó 3 eliminando el virus de forma
asintomática.
La frecuencia de eliminación del virus se va tornando
menor conforme pasan los años en relación a la primera aparición del herpes. La
eliminación fuera de las crisis es mayor en los primeros tres meses después de
la infección primaria. Después de 10 años de infección, la transmisión fuera de
las crisis se va tornando cada vez menos común. Un estudio seleccionó cerca de
400 pacientes con herpes genital hace más de 10 y tomó muestras de sus órganos
genitales fuera de las crisis por un periodo de 30 días consecutivos. Apenas el
9% presentaba en este intervalo el virus detectable para transmisión.
Cada vez que el paciente presenta una crisis, su tasa
de transmisión asintomática se eleva nuevamente, volviendo a caer conforme la
última crisis va quedando más antigua. El 70% de las transmisiones del herpes
genital ocurren en la fase asintomática, ya que durante las crisis el paciente
suele evitar tener relaciones sexuales.
Los pacientes VIH positivos que también tengan herpes
genital son el grupo que más presentan transmisión durante la fase
asintomática.
El virus herpes simplex tipo 1 suele causar lesión
apenas en la boca, pero puede ser transmitido hacia lo órganos genitales en
caso de sexo oral. Una vez contaminados, los pacientes con herpes genital tipo
1 transmiten la enfermedad del mismo modo que los pacientes contaminados por el
tipo 2. La diferencia es que las crisis causadas por el tipo 1 suelen ser más
débiles y menos frecuentes, y la transmisión fuera de las crisis es menos
común.
El virus herpes simplex tipo 2 sobrevive muy poco
tiempo en el ambiente, de tal manera que no es muy común la transmisión a
través de la ropa o toallas. No hay contagio de herpes genital en piscinas o
sanitarios.
El uso del condón reduce la posibilidad de
transmisión, pero no la elimina completamente, ya que las lesiones del herpes
pueden surgir en áreas de la región genital que no están cubiertas por el
preservativo. Por ejemplo, una lesión de herpes en el saco escrotal continúa
expuesta incluso con el uso apropiado del preservativo.
SÍNTOMAS DEL HERPES GENITAL
La mayoría de los pacientes que se infectan con el
virus herpes simplex tipo 2 no desarrollan la enfermedad, permanecen
asintomáticos y sin tener conocimiento del contagio. Hay estudios que sugieren
que hasta un 80% de los pacientes contaminados no desarrollan síntomas.
En los pacientes que desarrollan síntomas, el cuadro
clínico es dividido en dos situaciones: infección primaria y recurrencia.
INFECCIÓN PRIMARIA DEL HERPES GENITAL
Se llama de infección primaria a la primera vez que
las lesiones del herpes genital surgen después de que el enfermo ha sido
infectado.
Los síntomas del herpes genital tienden a
desarrollarse dentro de 3-7 días después de la relación sexual responsable por
la infección, pero en algunos casos puede demorar hasta dos semanas. La
principal señal del herpes genital son pequeñas burbujas agrupadas en los
órganos genitales. Normalmente, las burbujas surgen y enseguida se rompen
formando úlceras. En la infección primaria estas lesiones tienden a ser muy
dolorosas. Puede haber también comezón local.
Además de la lesión típica del herpes, la infección
primaria suele estar acompañada de otros síntomas, como fiebre, malestar y
dolores de cuerpo. Pueden surgir linfonodos en la región de la ingle y, si las
úlceras están cerca de la salida de la uretra, puede haber intenso dolor al
orinar.
En los hombres, las heridas del herpes genital
generalmente aparecen en el pene o cerca de éste. En las mujeres, las lesiones
pude ser visibles fuera de la vagina, pero generalmente dichas lesiones ocurren
en el interior, quedando escondidas. En los casos de lesiones internas, las
únicas señales de enfermedad pueden ser el corrimiento vaginal y/o incomodidad
durante el acto sexual. Las lesiones del herpes genital también pueden surgir
en cualquier punto del perineo y en torno del ano de aquellos pacientes que
practican sexo anal.
Las lesiones en la infección primaria del herpes
genital suelen demorar unos 20 días en desaparecer.
RECURRENCIAS DEL HERPES GENITAL
Después de la infección primaria, las lesiones del
herpes genital desaparecen, y permanecen silenciosas por varios meses. En la
mayoría de los pacientes, la infección resurge de tiempos en tiempos, en
algunos casos, más de una vez al año. El 90% de los pacientes presentan la
primera recurrencia en un intervalo de 18 meses después de la infección
primaria. Algunos pueden tener más de 10 recurrencias en el intervalo de un
año. Los pacientes que suelen tener recurrencias frecuentes son aquellos que
tuvieron una infección primaria prolongada, con lesiones iniciales de herpes
que duraron más de un mes.
Las lesiones recurrentes tienden a ser menos dolorosas
y duran cerca de 10 días, es decir, la mitad del tiempo de la infección
primaria. No es común que hayan otros síntomas como malestar y fiebre. Con el
paso de los años, las recurrencias son más débiles y menos frecuentes.
Las recurrencias del herpes genital suelen surgir
después de algún evento estresante para el organismo. Entre los más comunes
están el esfuerzo físico exagerado, estrés emocional, enfermedad, cirugía
reciente, exposición solar en exceso e inmunosupresión. En algunas mujeres, el
periodo menstrual puede ser el detonante. Sin embargo, hay casos de
recurrencias en los que no es posible identificar ningún factor desencadenante.
Días antes de que las lesiones reaparezcan, el
paciente puede sentir algunos síntomas de aviso, como una comezón en los labios
mayores, un entumecimiento en el pene o sensación de hormigueo en la región
genital. Muchos pacientes logran identificar que una recurrencia del herpes
genital está en camino.
En algunos casos el paciente no desarrolla síntomas de
infección primaria inmediatamente después de la contaminación, de tal manera
que viene a presentar las úlceras años después, luego de algún evento que
reduzca su inmunidad. En estos casos, a pesar de ser la primera aparición de
las heridas, la enfermedad se comporta más como una recurrencia que como
infección primaria, siendo más corta y menos dolorosa. Además, no son comunes síntomas
como fiebre y malestar. El problema es que, como es la primera aparición de las
heridas, el paciente tiende a pensar que ha sido contaminado recientemente, y
eso suele causar problemas en parejas con relación estable desde hace años. En
estas situaciones es muy difícil establecer con precisión cuándo el paciente
fue infectado y quién lo infectó.
DIAGNÓSTICO DEL HERPES GENITAL
Las lesiones del herpes genital son típicas y durante
las crisis son fácilmente reconocidas por médicos con experiencia. Si hubiese
necesidad de confirmación por medio de laboratorio, o si la lesión no es muy
típica, el médico puede recolectar muestras de las úlceras para identificar el
virus. En las fases asintomáticas es posible investigar la infección por herpes
a través de las serologías, que pueden identificar tanto el virus herpes
simplex tipo 1 como el tipo 2. Las serologías también son importantes para el
rastreo de compañeros(as) de pacientes infectados.
Los exámenes logran identificar el virus, pero no dan
información sobre cuándo el paciente fue infectado.
TRATAMIENTO DEL HERPES GENITAL
Aunque no existe cura para el herpes genital, la
infección puede ser controlada con terapia antiviral. El tratamiento con
antivirales sirve para acelerar la cura de las lesiones, aliviar los síntomas,
impedir complicaciones y reducir el riesgo de transmisión para otros.
Tres medicamentos antivirales son utilizados para el
tratamiento del herpes genital: Aciclovir (Zovirax®), Famciclovir (Famvir®) y
Valaciclovir (Valtrex®).
El primer episodio de herpes genital es generalmente
tratado por 7-10 días por vía oral. Si no hubiese mejoría de las úlceras, el
tratamiento puede ser extendido por una semana más. El tratamiento funciona
mejor si es iniciado en las primeras 72 horas de síntomas.
En las recurrencias, el tratamiento puede realizarse
por apenas 5 días. A las personas con historial de herpes genital recurrente se
les aconseja, frecuentemente, que mantengan una reserva de medicamentos
antivirales en casa, de tal manera que puedan iniciar el tratamiento apenas
surjan las primeras señales de una recurrencia.
Si el paciente presenta raras recurrencias y con pocos
síntomas, puede no haber necesidad de tratamiento con antivirales,
principalmente si no tiene un compañero o compañera sexual que pueda ser
infectado o infectada.
En los pacientes que presentan más de 6 brotes por año
se puede indicar la terapia de supresión, que consiste en el uso diario y
continuo antiviral en dosis bajas para evitar las recurrencias. La ventaja de
la terapia de supresión es que reduce la frecuencia y la duración de las
recaídas, pudiendo también reducir el riesgo de transmisión del virus del herpes
a un compañero(a) no infectado(a).
No está claro por cuánto tiempo deberá mantenerse la
terapia de supresión. Algunos especialistas recomiendan hacer una pausa del
tratamiento periódicamente (cada pocos años) para determinar si la terapia de
supresión aún es necesaria. Si los brotes retornasen, la terapia de supresión
pude ser reiniciada.
La terapia de supresión también puede ser indicada en
casos de parejas sexuales con serologías discordantes, o sea, uno de ellos
infectado por el herpes y el otro no. La terapia de supresión reduce en más del
50% el riesgo de transmisión. Cuando está asociada al uso del condón, el riesgo
de transmisión del herpes genital se torna menor.
CUIDADOS PERSONALES
Además de los medicamentos antivirales, algunos
tratamientos caseros pueden ser usados para aliviar los síntomas de un brote de
herpes genital. El baño de asiento con agua fría puede disminuir temporalmente
el dolor de las heridas. Las mujeres que tengan dolor al orinar pueden sentir
menos incomodidad orinando durante el baño de asiento o en una ducha con agua
tibia. Los jabones y baños de espuma deben evitarse. También es importante
mantener el área genital limpia y seca, y evitar ropa interior apretada. Las
cremas y pomadas, por lo general, no son recomendadas. Si el dolor está
causando mucha incomodidad, se pueden usar analgésicos y anti-inflamatorios.
¿Qué hago si me entero de que tengo herpes?
Enterarte de
que tienes herpes puede ser un duro golpe. Es probable que al principio te
sientas desesperado, desconcertado, avergonzado o enojado. pero a medida que
pase el tiempo, te irás sintiendo mejor y verás que tener herpes tampoco es
para tanto. Las personas que tienen herpes tienen relaciones y viven una vida
completamente normal. Hay tratamientos para el herpes asegurarte de no
transmitir la infección a las personas con quienes tienes relaciones sexuales.
Hay millones
y millones de personas con herpes; de ninguna manera, estás solo. La mayoría de
la gente contrae al menos una enfermedad de transmisión sexual (ETS) durante su
vida, y tener herpes u otra ETS no es algo vergonzoso ni indigno. No significa
que eres una persona “sucia” o mala; significa que eres un ser humano normal
que contrajo una infección muy común. La realidad es que toda persona que
alguna vez ha dado un beso en los labios o ha tenido relaciones sexuales puede
tener herpes, es decir, le puede suceder a MUCHA gente.
El herpes no
es una enfermedad mortal y, por lo general, no provoca problemas graves de
salud. Si bien todos los brotes de herpes pueden ser molestos y dolorosos, el
primero suele ser el peor. En muchos casos, los brotes son cada vez más
esporádicos a medida que pasa el tiempo e incluso pueden llegar a desaparecer
por completo. Si bien el virus permanece en el organismo de por vida, esto no
significa que tengas llagas todo el tiempo.
Lo mejor que
puedes hacer al enterarte de que tienes herpes es seguir las indicaciones del médico
para tratarlo. Si te resulta difícil afrontar esta nueva situación, quizá te
sientas mejor después de hablar con un buen amigo o con un grupo de apoyo para
personas con herpes.
Debes
decirles que tienes herpes a todas las personas con las que mantengas
relaciones sexuales. No es una conversación fácil, pero es importante. Estas son algunas sugerencias:
¿Cómo les digo a los demás que tengo herpes?
Tal vez te
asuste admitir que tienes herpes, pero hablar seguramente te aliviará. Puedes
apoyarte en un buen amigo que no sea crítico y en quien confíes para mantener
en reserva lo que hablen. Los padres, los hermanos, los tíos y otros familiares
también pueden dar apoyo. Recuerda que el herpes es muy común, por lo que es
posible que la persona con la que estés hablando también lo tenga.
Existen
muchos grupos de apoyo en línea para personas que tienen herpes; la American
Sexual Health Association (Asociación Estadounidense de Salud Sexual) ofrece
una lista de grupos de ayuda.
¿Qué debo saber si tengo herpes y tengo una
cita?
Algunas
personas, al enterarse de que tienen herpes, sienten que su vida amorosa se
acabó, pero eso no es así. Las personas con herpes pueden tener relaciones
románticas y sexuales con otras personas con herpes o con parejas que no están
infectadas.
Las
enfermedades de transmisión sexual no son el mejor tema de conversación, Pero
es sumamente importante que siempre les digas a tus parejas que tienes herpes
para poder prevenir el contagio.
No hay una
sola manera de hablar sobre una ETS, pero te daremos algunos consejos básicos
que te serán de utilidad.
1. Mantén la calma y sigue adelante.
Millones de personas tienen herpes y muchas de ellas tienen pareja. Para la
mayoría de las parejas, el herpes no representa un gran problema. Trata de
entablar la conversación con una actitud calma y positiva. Tener herpes es
simplemente una cuestión de salud, no dice nada sobre ti como persona.
2. No hables tú solo, involucra a la otra
persona en la conversación. Recuerda que las ETS son muy comunes, por lo que...
¿quién sabe? Quizá tu pareja también tenga herpes. Así que puedes comenzar
preguntándole si alguna vez se hizo alguna prueba o si ya ha tenido una ETS.
3. Infórmate. Hay mucha desinformación
acerca del herpes. Por eso, infórmate y prepárate para ser claro al hablar.
Coméntale a tu pareja que hay formas de tratar el herpes y para evitar su
transmisión durante las relaciones sexuales.
4. Busca el momento justo. Elige un
momento sin distracciones en el que no puedan interrumpirte y busca un lugar
privado y relajado. Si estás nervioso, puedes hablar primero con un amigo o
practicar hablando contigo mismo. Tal vez suene extraño, pero practicar en voz
alta puede ayudarte a saber qué es lo que quieres decir y a ganar confianza
para cuando tengas que hablar con tu pareja.
5. La seguridad primero. Si tienes temor
de que tu pareja te agreda, quizá sea peligroso decírselo en persona.Tal vez
sea mejor comunicárselo por teléfono, correo electrónico o mensaje de texto, o
en casos extremos, puedes no decirle nada. Llama al 1-800-799-SAFE o visita el
sitio web de la Línea Nacional contra la Violencia Doméstica para pedir ayuda
si piensas que puedes estar en peligro.
Entonces,
¿cuándo debes comunicarle a una pareja con la que comienzas a salir que tienes
herpes? Tal vez no sea necesario decírselo la primera vez que salen, pero debes
hacérselo saber antes de tener relaciones sexuales. Un buen momento quizá sea
cuando la relación empieza a encaminarse en ese sentido y percibes que puedes
confiar en la persona.
Es normal preocuparse
por la reacción de la pareja. Y no hay vueltas que darle: algunas personas se
asustan mucho. Si eso sucede, trata de mantener la calma y habla sobre las
diferentes formas de prevenir el contagio del herpes. Quizá necesites darle un
poco de tiempo y espacio para que procese la noticia; es normal. Además, la
mayoría de las personas saben que el herpes es muy común y no representa un
gran problema.
Evita jugar
a las acusaciones cuando hables con tu pareja. Si uno de los dos tiene un brote
de herpes por primera vez durante la relación, no significa necesariamente que
hubo infidelidad. Los síntomas del herpes pueden aparecer días, semanas, meses
e incluso años después del contagio. Por tanto, suele resultar difícil
determinar cuándo y dónde se contrajo la infección. Lo más importante es que
ambos se hagan pruebas. Si se determina que solo uno de los dos tiene herpes,
infórmate sobre cómo evitar transmitir la infección.
Comunícaselo
también a tus exparejas para que se hagan las pruebas.
¿Tener herpes afectará mi embarazo?
Si tienes
herpes genital desde hace un tiempo y quedas embarazada, lo más probable es que
no tengas que preocuparte; es poco probable que le transmitas el herpes al bebé
en el parto. No obstante, debes comunicarle a tu médico que tienes herpes
genital si estás embarazada, de un modo u otro.
Si te
contagias de herpes estando embarazada, es mucho más peligroso, en especial en
los últimos meses del embarazo, ya que puede provocar un aborto espontáneo o un
parto prematuro. Si le transmites el herpes a tu bebé durante el parto, puede
haber daño cerebral o problemas oculares. Si tienes llagas del herpes en el
momento de dar a luz, el médico puede sugerir hacer una cesárea para evitar la
transmisión del virus al bebé durante el parto.
Si tu pareja
tiene herpes y tú no, no mantengas relaciones sexuales vaginales, anales ni
orales sin protección mientras estés embarazada, dado que esa es la vía de contagio
más común del herpes. Quizá el médico le pida a tu pareja que tome medicamentos
antiherpéticos durante el embarazo para que haya menos probabilidades de que te
transmita el virus. Echa un vistazo a “Cómo evitar el herpes” para saber más
sobre cómo evitar el contagio.
El herpes
oral no es peligroso durante el embarazo o el parto. No obstante, si tienes
calenturas después de dar a luz, no beses a tu bebé hasta que las llagas se
hayan curado por completo.